Originario de las regiones de los países escandinavos de Noruega y Dinamarca, la Leyenda del Tomte es una de las más conocidas vinculadas con la Navidad; y es que la misión de este malvado duendecillo es hacer de las suyas en invierno para impedir que los demás puedan disfrutar de las fiestas propias de ésta temporada.
El Tomte es un hombre extremadamente pequeño, aún más que los enanos, de enorme barba blanca y un solo ojo en el rostro, viste atuendo de granjero y su apariencia es la de un anciano malicioso.
Este malévolo ser, espera ansioso la Navidad para meterse en las casas de las personas con la intensión de robar todos los regalos que encuentre, esto por los celos y la envidia que siente de que nadie le de un obsequio a él. Además, si hay animales en el hogar le gusta meterse con ellos, en el pasado se creía que era el responsable de agriar la leche y espantar el ganado.
Una de las acciones más terribles de las que se le hace responsable es la de robarse a los niños pequeños o bien, asfixiarlos.
La Leyenda cuenta que su único ojo es como una braza de carbón encendido, capaz de despertar terror en aquél que lo vea. Con el, es capaz de ver el alma egoísta de las personas, así como de aquellos que han perdido definitivamente la inocencia.
Este ser maligno tiene por pasatiempo favorito hacerle bromas pesadas a los pobres moradores de las fincas donde decida atacar, siendo un experto en esto. A sabiendas de que la época navideña es para compartir y estar en paz con los demás, gusta de provocar malentendidos que provoquen la discordia y el odio entre las personas, llegando al grado de separar familias en la víspera de Navidad al despertar los peores sentimientos entre sus miembros.
No obstante, algo en lo que este terrible personaje es experto es en asustar a los niños que se quedan despiertos hasta altas horas de la noche pretendiendo sorprender a Santa Claus. Los que tienen el infortunio de ser sorprendidos por esta terrible criatura son víctimas de horribles pesadillas; también puede abalanzarse contra ellos intentando morderles las manos o el rostro o incluso puede llegar a jalarlos del cabello debajo de su cama hasta que el cuero cabelludo se les escueza como si se hubieran quemado con fuego y de hecho, también es capaz de proferir maldiciones, con el único fin de que cuando crezcan se conviertan en adultos infelices.
la única forma de protegerse contra este malévolo ser ers cerrar puertas y ventanas, estar de buen humor y sobre todo ser generosos con los demás, ya que este tipo de acciones lo mantienen alejado.
No obstante, cuando llegan las noches frías y oscuras de diciembre hay personas que juran haber a este siniestro hombrecillo bailando y riendo en medio de la nieve afuera de sus casas, amenazándolos con su único ojo, amenazando con llevarse sus regalos si no son buenos o bien algo peor si es que hay niños pequeños. Por eso, si en alguna ocasión llegas a visitar estos países escandinavos en Navidad y escuchas afuera de tu puerta risas extrañas, no te asomes, puede ser que el Tomte este aguardando para darte la peor experiencia de tu vida.
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