Esta escalofriante Leyenda encuentra su origen en la ciudad de Guadalajara, estado de Jalisco, en México, su origen se remonta al siglo XVIII y es una historia que se ha transmitido de forma oral de generación en generación.
Cuenta la Leyenda que por aquel tiempo la tranquilidad de la población de esa ciudad se vería perturbada tras una serie de asesinatos, misma que comenzaría con la muerte de varios animales de campo, pero que pronto escalaría a víctimas humanas, mismas que según se dice fueron encontradas muertas sin una sola gota de sangre en sus cuerpos y que presentaban la peculiar herida de dos punzones en el cuello, heridas que lucían completamente secas.
Todo en aquella comunidad marchaba con tranquilidad hasta que llegó a vivir una gran hacienda un hombre procedente de Europa, que se presentaría como el conde Baldón. Hombre de apariencia extremadamente delgada, muy alto y piel muy blanca, dueño de una gran fortuna, extremadamente discreto, pero muy elegante y siempre vestido de negro.
El conde pronto se haría de cierta fama por sus largas caminatas nocturnas, mismas que la comunidad ignoraría por considerarlas un simple excentricismo, esto aunado al hecho de que el conde no hablaba con nadie.
Sin embargo, al poco tiempo comenzarían a aparecer los cuerpos de varios animales muertos, sin sangre y con una peculiar herida, ante esta situación inicialmente la gente de la comunidad pensó que se trataba de algún tipo de peste que afectaba al ganado, percepción que pronto cambiaría cuando los cadáveres dejaron de ser animales para tornarse en humanos. Ante esta situación el pueblo entero entró en pánico dándose cuenta de que algo extraño sucedía, por lo que decidieron organizarse para salir en la noche a buscar al responsable de los atroces asesinatos.
Aterrorizados y convencidos de que se trataba de un vampiro los pobladores hablaron con las autoridades quienes contratarían los servicios a algunos cazadores, obteniendo resultados al dar un cazador con los pasos de aquella creatura, así que armados con palos, estacas y crucifijos se encaminaron tras el rastro para prenderlo; quedarían horrorizados al contemplar a ese terrible ser succionando frenético la sangre de una jovencita que yacía muerta en sus brazos, tratándose ni más ni menos que del conde Baldón. La ira de la gente no se hizo esperar y se arrojaron sobre el conde acorralándolo para finalmente darle muerte clavando una estaca en su corazón.
Acto seguido los decapitaron y prendieron fuego a su cuerpo, sepultando los despojos restantes en el panteón de Belén. No obstante al poco tiempo un árbol emergería desde el interior de la tumba, a los pocos meses crecería tanto que terminó por cubrir la tumba del vampiro.
Se cree que el alma de ese demonio se encuentra resguardada dentro del árbol, por eso existe la creencia de que si el árbol muere o es destruido, el vampiro se levantará de nueva cuenta para cobrar venganza.
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