Todas las campanas,
todas levantadas,
como mil trompetas,
como mil gargantas,
como mil estrellas
en la voz despierta,
todas juntas, todas,
en un grito ardido,
en una torreta de almas,
agitando todas,
todas las campanas.
Como un mar de ellas,
bajo un sol de hierba,
sobre el surco en casa,
en la hacienda y plaza.
¡Todas las campanas!
¡Todas, todas ellas,
suenen la batalla!
Como mil cenzontles,
como mil gorriones,
como mil soldados
en los litorales,
como mil guerreros
desde los maizales,
como mil timbales
para las señales.
¡Toquen, toquen, toquen,
todas las campanas!
¡Todas las que agiten!
¡Todas, todas ellas!
Que la mar les oiga,
que el maíz les prenda,
que del campo nazcan
todas acuerpadas,
cada una de ellas
azuzando brasas.
¡Todas las campanas!
¡Todas, todas ellas!
Juntas como hebras,
como fibras todas,
como mil amarras
de metal forjadas.
Que la tierra hierva,
que la tierra aclame,
que la tierra nombre:
¡todas, todas, todas,
todas las campanas!
¡Todas juntas ellas!
¡Todas como fieras!
Como fiel guerreras.
Todas y sonoras,
como un mar de almas
liberando marchas.
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