Como el último de los guardianes principales y bestias celestiales, se encuentra Seiryū que es un colosal dragón de cuerpo verde azulado y cuyo punto cardinal es el Este, su elemento asociado es el agua y la madera, así como su hermanos este tiene una estación del año que conecta su historia, siendo el guardián de la primavera.
Su imagen se refleja en el cielo y su procedencia se encuentra en China, está asociado al feng shui, al taoísmo y la teoría de los cinco elementos del mundo terrenal, su importancia da lugar a los mitos de la sequía y la prosperidad de lluvias, resguardando los secretos del Este y su influencia en el mundo, también tiene teorías sobre la astrología, que cuenta este subió a sus hermanos a las estrellas, un punto dónde se desenvuelve con más fuerza debido a la creencia del dragón chino, el cual es un ser mítico dotado de múltiples virtudes.
La leyenda cuenta que durante el periodo de primavera, este fue visto regando los jardines en la zona Este del país mediante su dominio del agua, y así por largos días, hasta llegar al otoño, cuando llegó la hora de que el jardín pareciera, este se mantuvo fresco, mientras las demás zonas verdes morían perdiendo poco a poco su esplendor, así se mantuvo durante un año, y cuando llegaron las vísperas de primavera Seiryū apareció nuevamente para seguir dotando de vida ese hermoso lugar, fue así que un valiente se aproximo temeroso para poder conocer a la bestia, que gustosa acepto de conocerlo, una vez se acercó, procedió a conocerlo adentrándose de apoco en la historia de Seiryū, quien después de contarle algunos de sus viajes pregunto por la vida del joven el cual se abrió a su petición y comento su amargo destino, el joven le dijo la amarga situación de escasez que pasaba en su provincia, dado que nada florecía ahí, Seiryū compadecido juro ir a la aldea para dar vida al lugar solo debía aguardar un par de días, el chico volvió a su casa creyendo firmemente en las palabras del dragón, el cual al cabo de dos días llegó a la aldea y haciendo uso de su poder hizo florecer todo tipo de flores y frutos, permitiendo que el joven y su aldea tuvieran una vida más plena.
Su presencia en el cielo se puede apreciar pasando por las constelaciones de Virgo, Escorpio, Libra y Sagitario.
Virgo abarca el cuello y el cuerno del dragón, mientras en Escorpio pasa su corazón, vientre y cola, en Libra pasa el pecho y en Sagitario y estiércol.
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