Encuentro a mi amado pescando
Encuentro a mi amado pescando
Encuentro a mi amado pescando,
sus pies en el agua, a la orilla del río.
Desayunamos juntos
y bebemos cerveza.
Le ofrezco la gracia de mis muslos.
Hechizado, él muerde el anzuelo.
Con candor confieso mi pasión
Con candor confieso mi pasión.
Te amo, sí, y deseo amarte
aún más cerca de mí,
como señora de tu casa,
tu brazo dispuesto sobre el mío.
¡Ah, tus ojos liberados!
Le hablo a mi corazón: «Mi señor
ha partido. Durante la noche
tomó sus cosas y partió
una vez más. Ahora soy una tumba».
Y me pregunto si algo quedará
de mis sentidos cuando regreses a mí.
¿Algo acaso?
¡Ah, pero esos ojos peregrinos
que te apartan de mí,
por siempre fijos en la jornada!
Y sin embargo confieso con candor
que no importa cuántos caminos emprendan,
si al final regresan a mí
viviré nuevamente.
Con los lotos florecidos
Con los lotos florecidos
y los lotos en capullos,
y los aceites y dulce mirra de toda especie,
tú estarás entre los agraciados,
pues el pabellón rosa es admirable
y muy bien atendido.
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