Siguiendo con las bestias celestiales de los puntos cardinales de Japón, es donde encontramos a Genbu, un misterioso ser con forma de serpiente enroscada alrededor de una tortuga y representantes de la tierra y el invierno.
Su presencia al igual que sus hermanos se da en un inicio de parte de la cultura china, y su principal objetivo es mostrar la longevidad de la tierra, proponiendo en un inicio a la serpiente como un animal renovador, esto dado a la peculiar forma en como estos reptiles mudan su piel, cada determinado lapso de tiempo.
Por otro lado la idea de colocar a la tortuga al centro es dada a conocer mediante el hecho más notorio y rasgo más recalcar le de estás, y es su amplia capacidad de vitalidad, ya que cómo hemos visto a través del tiempo, estos animales son capaces de vivir siglos.
Por esta capacidad de perduracion y ciclo de renovación, es que Genbu se vuelve guardián de Kyoto en el punto cardinal del Norte, dado que este punto lleva consigo un lema sencillo pero fascinante, el cual dice que siempre al norte podemos ver la apertura de los nuevos ciclos y movimiento de la renovación.
Su historia se remonta a la búsqueda de la iluminación de Xuan Wu, el cual fue un príncipe de la parte de la región Norte de China, aislado de la civilización el joven príncipe optó por estudiar el taoísmo, el cual lo volvió docto en el tema. Al paso del tiempo su búsqueda por la iluminación y la divinidad lo llevaron a darse cuenta que para ascender debía purificar su alma y cuerpo, tras la meditación y expiación de pecados.
Al pasar de unos años el príncipe alcanzó la iluminación, sin embargo el hecho de comer la comida terrenal era un pecado, el cual lo llevaba a ser un ser sucio por dentro, en busca de una solución, procedió a bajar a un río donde se hizo un corte, mediante el cual lavaria su interior, pero mientras lo hacía su estómago se volvió una tortuga negra demoníaca y sus intestinos una serpiente negra demoníaca.
En un principio con su dominio de la tierra se volvieron un ser que atemorizó a la región, pero con el paso del tiempo fueron vistos como forma de expiación y posteriormente tras el entendimiento de la región dejaron de atormentar a la gente para volverse protectores del eje cardinal del Norte.
Su estancia en el cielo se encuentra entre las constelaciones de Acuario, Sagitario, Capricornio, Andrómeda y Pegaso.
En la constelación de Sagitario se encuentra el cuello de la serpiente, entre Capricornio, Acuario y Pegaso se puede ver el caparazón de Genbu, y entre Pegaso y Andrómeda se puede apreciar la cola. Está se interpreta como una quimera con cabeza de tortuga y cuerpo de la misma y cola de serpiente.
Su presencia habla sobre el ciclo de la tierra y protege la naturaleza y los bosques de Kyoto, también guarda los secretos de comienzo y el fin, y la presencia del invierno como síndrome vital para la purificación y renovación del ciclo.
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