El silencio revelado sin final
es el misterio del sueño robado,
reclamando el mudo sino bien dado
la existencia en su morada original.
Se estremece el aliento enmudecido
cuando se hace turbinaria seminal,
espirales que dibujan un panal
de besos en alas de lo querido.
Allí cayó contigo, un sonido albo,
imborrable, cada vez resurrecto
en la voz que busca un latido enalbo.
En las estrellas perdidas del tacto,
al ángulo más del íntimo del verbo,
yace la alegre medida del facto.
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