Una vez Pasífae cayó víctima del deseo, sus ganas se volvieron algo incontrolable, que la empezaba a dominar lentamente y de forma más abismal al paso de los días, hasta llegar al punto de recurrir al artesano Dédalo, quien observando el sufrimiento de la reina accedió a ayudar, construyendo una vaca de madera hueca, para que la reina pudiera introducirse dentro y cumplir su capricho, para hacer más real la apariencia de la vaca fue cubierta con piel de bovino, y finalmente coloco la estructura sobre unas ruedas, que le permitieron llevar a Pasífae por las colinas hasta dar con el toro, una vez lo encontraron dejaron que este se acercará a la trampa, después de unos instantes el toro cayó en el anzuelo y procedió a fornicar con la supuesta vaca, esto a su culminación llevo al embarazo de la reina, que acepto al bebé con la creencia que era fruto del amor con su esposo Minos, puesto que ella no creía que pudiese quedar embarazada del toro.
Al pasar el tiempo, Pasífae dio a luz a su hijo, que al verlo dejo al descubierto la aventura de la reina con el toro, puesto que nació con la cabeza de toro, un torso humano y un rabo de toro (en algunas versiones el Minotauro tiene el cuerpo completamente humano y solo la cabeza de toro y en otras tiene piernas y cabeza de toro y solo el torso humano), Minos pese a saber lo ocurrido decidió cuidar de la pequeña bestia a la que por nombre le pusieron Asterión como homenaje al padre del actual rey de Creta.
Mientras la pequeña bestia fue un becerro Pasífae pudo amamantarlo, sin embargo conforme la bestia crecía se empezó a volver más complicado para ella cuidar de él, al punto dónde ya no tenía opciones que dejar de lado esa opción, sin embargo esto tampoco molesto al Minotauro que empezó a devorar carne humana, tras esto a Minos no le quedo más que recurrir una vez más a Dédalo...
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