Una vez remontada la historia de esta ceremonia, toca hablar un poco de aquellas conjuntos, utensilios y maestros, que envuelven con su sabiduría este singular recorrido.
Comencemos por hablar un poco sobre lo que se considera fundamental para la ceremonia...
Los utensilios:
Aunque al principio el uso de utensilios no tenía tanta distinción de otros que se utilizarían en la cocina convencional de Japón, estos tomaron peso al paso que la ceremonia tomaba más fuerza y práctica, se creo un cucharón de bambú, para llevar acabo la ceremonia, también se requiere una tetera, un cuenco y tazas.
Aparté la ceremonia se lleva acabo en un pequeño altar conocido como takonoma, que lleva una imagen o caligrafía dónde se presentará todo lo que será la meditación y reflexión de la tarde.
Conjunto:
La formalidad, es uno de los aspectos más icónicos de esta ceremonía, muchos optan por vestir la elegancia de un kimono, ya que está conexión remonta con la historia y tradición de la bella nación japonesa.
Por ello se tienen una serie de reglas para la ocasión:
Se debe excluir cualquier tipo de accesorios moderno, ya sea para ejemplificar la austeridad o simplemente para evitar las caídas de estos y romper con la serenidad que debe tener el ambiente.
Los tabis o haneri (cuellos) deben ser blancos, como símbolo de pureza.
Se deben evitar los colores brillantes y evitar atuendos que sean muy vistosos, como lo pueden ser los kimonos floreados.
Para las mujeres se debe vestir el kimono de color sobrio.
Tsukesage y hômongi, son para cualquier persona invitada a la ceremonia.
Iromuji es exclusivo para invitados de honor y especialmente para la anfitriona con un mon.
Por último el kimono debe ser tenido, no tejido, ya que estos suenan mucho e interfieren con la tranquilidad del momento y también se deben evitar mangas largas para no manchar el kimono.
Maestro de ceremonias:
El maestro es la pieza más fundamental para el evento, ya que este tiene como objetivo enseñar la ceremonia, a las personas que realizarán el intercambio, prepararán el té, y llevan como guías, paso a paso por la ceremonia, para llegar al estado Zen.
Estos maestros pueden ser hombres y mujeres por igual, aunque la mayoría del tiempo estás últimas, son las que manejan con mayor la ceremonia, ya que desde sus inicios estás aprendieron y demostraron ser un poco más organizadas, sin embargo no importa el género, sino el mensaje que logran transmitir con la ceremonia.
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