Se trata de un embutido muy
ancho: su diámetro puede llegar a medir veinte centímetros y esto es porque en
un inicio se utilizaba el estómago del cerdo como contenedor.
Hay muchas formas de prepararlo y también varios mitos de cómo
hacerlo. La base es carne de cerdo -específicamente pulpa- y una que otra
víscera para darle sabor y consistencia. Se sazona con chile manzano, semillas
de cilantro y epazote.
Posteriormente se mezcla todo y se embute en pancita de cerdo o
en fibras naturales. Esta delicia se cocina a la leña lentamente, al vapor o
puede incluso freírse en manteca.
Cuando el obispo es especial
seguramente traerá trozos de nueces, frutos secos o semillas. El dulce apela
mucho más al sabor de pasas, pero también tienen un picor que lo hace único.
En la Ciudad de México es difícil
encontrar lugares donde sirvan este peculiar manjar , no son tan populares como
cualquier otra carne que se conozca ,sin embargo las personas que lo han
probado aseguran que aunque tiene un sabor diferente y especial son tacos
deliciosos


Comentarios
Publicar un comentario